top of page
  • Foto del escritorBusujima Jorge

Pánico a Empezar



Es bastante (muy) relajante el escribir sobre cosas que nos gustan; al parecer esta necesidad extraña de sosegar la mente y el corazón hace que cada momento sea como un diálogo de algún libro extraviado en una playa.


Quien escribe o quiere dedicarse a la escritura como el arte de plasmar todas esas debilidades y fortalezas que tenemos como humanos imperfectos de una juego creativo, DEBE (no hay otra forma) tener miedo a los comienzos. Quizá para las personas que nos ven desde las gradas creen que constantemente hay ideas rondando nuestras cabezas, gritando para ser escuchadas y ser convertidas en palabras, en argumentos, en versos o tramas de historias fantásticas. La verdadera realidad es que sí, es así, quizá hay mucho por ser contado, no obstante, lo digno de ser escrito es la mayor dificultad.


"Todo ya está hecho". De repente una afirmación atrevida, pero verosímil; aquí es donde radica el autentico problema, al estar todo hecho en el arte en general, el miedo a comenzar es el más grande de todos. Tenemos miedo a repetirnos con otro, no es plagio, no son violaciones al copyright, porque aunque no lo crean muchos llegamos a las mismas conclusiones, a las mismas historias, es como si nos duplicáramos con alguien más en nuestra condición humana, pensamos los mismos nudos, los mismos finales, y cuando recurrimos a buscar la existencia pasada de la creación, nos topamos con que alguien más en un lugar de la tierra ya lo hizo. eliminamos el documento o lo guardamos como un "ejercicio más".


Los caminos intransitados en la escritura probablemente me atrevería a decir que ya no existen, las visiones diferentes del universo están plagadas de dualidades, de constantes rebobinaciones de tramas, de inspiraciones; ni siquiera el recurrir a ayudas recreativas de la mente es algo innovador, miles lo han hecho y han fracasado de la misma forma. Ya lo dijo Manuel Lorenzo en su artículo "El Fracaso de Escribir" del magazine digital Jot Down <<[...]El escritor nunca logra estar a la altura de sus propias aspiraciones. De lo que esperaba de sí mismo como autor. Por eso escribir es, sobre todo, fracasar. Fracasar una y otra vez con la absurda esperanza de no morir en el intento y vencer algún día[...]>> (PDT: y tristemente Lorenzo no ha sido ni el primero ni el único que escribe sobre este acto de fracasar)


Quien quiere ser escritor tiene la obligación de ver esa esquina desconocida de una ciudad, ese personaje jamás creado, esa vida nunca contada, sin embargo, al intentar empezar se encuentra con el callejón sin salida de la repetición, entonces se sumerge en el trance de la frustración, de los bloqueos creativos ¡QUÉ MIERDAS ESCRIBIR!


Nada es más complejo que plasmar las ideas de manera coherente en un texto narrativo y eso puede tomar días, semanas o a veces hasta meses o años. Escribir no es un acto mecánico de la mente, quién diga lo contrario, miente. Escribir es un proceso creativo de poner en orden ciertas ideas, ciertas apreciaciones del universo o de uno mismo como escritor.


Escribir es amar, es odiar, es construirse y destruirse una y mil veces con ese obstinado temor de fracasar y al mismo tiempo es perseverar para encontrar esa ruta que ya fue transitada cientos de veces pero que alguien no vio al perro o al gato que fue abandonado en la cuneta; alguien no vio la luz interminente de una callejuela; alguien no escuchó a la mujer que se drogaba en la alcantarilla; no vieron al hombre vestido de mujer, algo no alcanzaron a ver y eso estaba allí para contar sus desventuras.


Hay que sentir ese terror de empezar, los inicios son complicados, (aquí iba a colocar una referencia del cine, aunque alguien ya lo había escrito) <<[...]En la película Throw Momma from the Train (1988) dirigida por Danny DeVito el protagonista (Billy Crystal) quiere empezar a escribir una novela y se pasa la noche entera intentando encontrar la frase inicial. Duda entre “La noche era oscura”, “La noche era húmeda”, “La noche era húmeda y oscura”[...]>> La constante de la ecuación creativa: a todos nos toca algún día el bloqueo del escritor.


Ten pánico pero sobreponte y crea, somos el reflejo de quienes nos inspiran, el reflejo de nuestros maestros secuestrados por nuestra mente al leerlos. Escribe porque en algún momento pese a que sea el doppelgänger literario de alguien más, tu voz es igual de importante.


bottom of page